miércoles, 6 de octubre de 2010

Método natural de curación enseñado por Nuestro Señor Jesucristo


Cristo explica a sus oyentes el porqué les enseña con parábolas

Entonces, volviéndose Cristo a los enfermos, dijo: Os hablo con parábolas, porque así podéis entender y comprender mejor la palabra de Dios y Sus mandamientos.

Los siete años de glotonería, de embriaguez y de una vida licenciosa, representan los pecados cometidos en el pasado contra los Mandamientos de Dios, que imponen la obligación ineludible de obedecer las Leyes Naturales de la vida, simbolizadas por los Ángeles del Sol, del aire, agua, Ayuno, Aseo intestinal, Recto vivir, Oración, etc.

El malvado acreedor y usurero es simbolizado por el siniestro Satanás, figura ficticia, inexistente, porque, en realidad, lo representan vuestros propios pecados, vuestros vicios y malos hábitos: en resumen, vuestra ignorancia, ya que el sabio cumple estrictamente con los Mandamientos del Señor, y por lo tanto, no se enferma ni sufre dolor alguno.

Las deudas son vuestras enfermedades que habéis contraído debido a vuestra ignorancia, la que os hizo desobedecer las Leyes Naturales de la vida.

Los trabajos duros representan vuestros dolores, vuestros achaques que os afligen y fatigan más que cualquier esfuerzo hecho en el trabajo.

Y el hijo pródigo sois vosotros mismos, por haber desobedecido los Mandamientos del Padre Celestial, es decir, las Leyes Naturales de la vida.

El pago de la deuda contraída contra la Ley moral, consiste en desalojar de vuestro carácter vuestros vicios y malos hábitos, limpiando así vuestra alma, con lo cual, automáticamente, se os quitarán vuestras enfermedades y vuestros dolores que padecéis, porque la enfermedad del cuerpo significa que vuestra alma ha pecado, ya que el cuerpo, que es materia, no puede pecar.
Y la bolsa de plata recibida del padre, simboliza el premio que recibís del Padre Celestial, o sea una sólida salud y larga vida por haberos regenerado y haber vuelto al camino del recto vivir. El Padre Celestial es Dios, Jehová, autor de todo lo que es y existe en el universo.

Sus siervos son sus santos Ángeles, simbolizados por sus agentes, Sol, aire, Ayuno, Virtudes, Oraciones, etc., todo lo cual acerca al hombre cada vez más al Padre Celestial, hasta identificarse con Dios mismo.

Las posesiones del Padre están simbolizadas por todo lo que existe en el Universo: Cielos, Soles, Tierra, Astros, Planetas, donde sobra espacio para todos los hijos de Dios.

Todo esto, o sea el Universo entero es el campo del Padre Celestial y reciben sus premios y recompensas, si, sumisamente, obedecen las Leyes Naturales aquí en la Tierra.

Ahora, mis amados, yo os pregunto: ¿No es acaso más cuerdo y más sensato obedecer a vuestro Padre, ayudándolo en sus faenas, ganándoos con el honrado trabajo el pan vuestro, que desobedeciéndolo y ser un inútil holgazán, que pide dinero prestado a malvados usureros que lo explotan inicuamente, al no poder cancelar la deuda, haciéndoos trabajar duramente durante siete años como esclavos? Asimismo, ¿no es más sabio, acaso, obedecer a Dios, colaborando en Su obra, gozando de buena fortuna, de buena salud, una vida larga, llega de gozo y felicidad, que desobedecerlo, viviendo en miseria, achacosos, andrajosos, enfermos, doloridos, amargados y desdichados?

Vosotros mismos, con vuestro comportamiento, os labráis vuestro destino, vuestra dicha y desdicha, vuestra salud y enfermedad, el premio y castigo, pues, cada cual cosecha lo que siembra.

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