miércoles, 6 de octubre de 2010

¿Quién era Jesús?



Sri Krishna explica en el Bhagavad-gita (4.7):

yada yada hi dharmasya
glanir bhavati bharata
abhyutthanam adharmasya
tadatmanam srjamy aham

“Cuando quiera y dondequiera que haya una declinación en la práctica religiosa, ¡oh, descendiente de Bharata!, y un aumento predominante de la irreligión, en ese entonces Yo mismo desciendo”. (Bhagavad-gita 4.7).

Krishna Mismo viene o envía a Su representante autorizado, un shaktyavesa avatar, un ser perfecto, con poder para predicar sanatana dharma, la religión eterna, la religión universal del alma.

Krsna-sakti vina nahe tara pravartana: A menos que uno esté empoderado por Krishna, no se puede predicar con eficacia (Caitanya Caritamrita Antya-lila 7.11).

Podemos comprender que Jesús es un shaktyavesa avatar, un alma perfecta, un mensajero del Ser Supremo.

Estas grandes almas no tienen nada que hacer descendiendo a planetas como el nuestro, con la excepción de total abnegación, para salvar a las almas condicionadas - kara para-upakara.

Ellos descienden a este nivel de conciencia como tiksavah karunikah - suhrdah sarva-dehinam ajata-satravah santah - sadhavah sadhu-bhusanah. “El sadhu es tolerante, misericordioso y amigable con todas las entidades vivientes. No tiene enemigos, es pacífico, se guía por las Escrituras, y todas sus características son sublimes” (Srimad-Bhagavatam 3.25.21).



Srila Prabhupada explica este verso:

“El Srimad-Bhagavatam declara que cualquier predicador genuino de la conciencia de Dios debe tener las cualidades de titiksa (tolerancia) y karuna (compasión). En la personalidad del Señor Jesucristo encontramos ambas cualidades. Él fue tan tolerante que, incluso mientras estaba siendo crucificado, no condenó a nadie. Y fue tan compasivo, que oró a Dios pidiéndole que perdonara a las mismas personas que estaban tratando de matarlo”.

Srila Prabhupada dijo: “Jesucristo fue un gran personalidad, el hijo de Dios, el representante de Dios. No cometió falta alguna, sin embargo fue crucificado. Quería dar conciencia de Dios, pero a cambio le crucificaron. Eran tan ingratos, no podían apreciar su prédica. Pero nosotros le apreciamos y le damos todos los honores como el representante de Dios” (La ciencia de la autorrealización, capítulo 4).

Las grandes almas no se perturban en ninguna circunstancia:

narayana-parah sarve
na kutascana bibhyati
svargapavarga-narakesv
api tulyartha-darsinah

“Los devotos que están exclusivamente dedicados al servicio devocional de la Suprema Personalidad de Dios, no sienten temor de ninguna circunstancia de la vida. Para ellos, los planetas celestiales, la liberación y los planetas infernales son lo mismo, pues el único interés de esos devotos es el servicio del Señor” (Srimad-Bhagavatam 6.17.28).

Aun cuando enfrente tribulaciones, cuando es llevado a la crucifixión, un ser perfecto en el mayor nivel de intimidad con Dios, absorto en Dios, no tiene miedo bajo ninguna circunstancia: “Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí. Llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos” (Lucas 23:28).

brahma-bhutah prasannatma
na socati na kanksati
samah sarvesu bhutesu
mad-bhaktim labhate param

“Aquel que se sitúa así en el plano trascendental, llega a comprender de inmediato el Brahman Supremo y se vuelve plenamente dichoso. Él nunca se lamenta por nada ni desea poseer nada. Él tiene la misma disposición para con todas las entidades vivientes. En ese estado, él llega a prestarme a Mí un servicio devocional puro”.
(Bhagavad-gita 18.54).

Por absorberse en la ocupación de la voluntad del Señor, las grandes almas vuelven al mundo espiritual después de lograr su Misión.

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