viernes, 17 de septiembre de 2010
LUJURIA Y AMOR
El propósito final de la vida es ananda*, gozo, bienaventuranza, felicidad. Lo más elevado en la existencia son las personas y la relación más elevada entre ellas es la del Amor. La persona más elevada es Dios y la relación Amorosa con ÉL es lo más propicio para nuestra fortuna.
El servicio es la función constitucional eterna del jiva ( Alma ). El jiva puede servir para buscar su felicidad personal egoísta o puede servir buscando el bien absoluto de todos. Cuando busca su propia felicidad trata de relacionarse con otra persona, que constituye el objeto más grato para sus sentidos, y trata de disfrutar con ella en una pseuda relación de Amor. ¿Por qué a esto no lo podemos llamar verdadero Amor? ¿Qué será el verdadero Amor?. De ninguna manera podemos llamarlo así por que el concepto de Amor entraña la idea de querer el mayor bien para la persona querida. Pero en este caso sólo busca su mayor placer personal. Si este goce no es obtenido, la otra persona deja de ser querida, sea esposa, hijo, padre, madre, lo que sea. No se ama a la persona, si no al placer que se obtiene de ella.
El principio del Amor mundano se basa en el gusto o disgusto personal de un individuo. A veces esto no puede verse tan claro por que también hay momentos difíciles en la relación, que requieren paciencia y sacrificio. Esta etapa difícil se supera por un lado gracias a que ya existe un fuerte apego desarrollado entre ambos, o porque, es más fácil mejorar la relación que buscar una nueva. Hay quienes saben más de los problemas del football que de los de su esposa, hay quienes ven más la T.V. que a sus hijos, etc. Y cuando la persona fue en realidad querida, ¿qué obtuvo por ganancia verdadera?, sólo complacieron mutuamente sus sentidos pensando que "se amaban" cuando en realidad se ejercían la mayor violencia entre sí, porque ambos mantenían encendida, con despierto celo, la envidia de Dios.
Una vida de placer sensorial es vana, es animal, y no deja riqueza interna.
Debemos tener siempre presente que la presencia de Dios es indispensable para que se de un Amor verdadero. Una pareja no puede darse placer por sí sola; vendrá la necesidad de casa, comodidades, dinero, amigos, hijos, ¿y por qué no de Dios?
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